Radio Phoenix

En una de las esquinas más intensas de Malasaña, Radio Phoenix ofrece una experiencia que mezcla bar y club en un mismo espacio. Con su identidad muy marcada, donde el interiorismo, la iluminación y el sonido van de la mano para construir una atmósfera que te saca del ritmo habitual de Malasaña y te mete, sin darte cuenta, en otra frecuencia.

Fotográficamente, lo interesante de este lugar está en cómo está diseñado para mutar según la hora y la energía de la noche. A pie de calle, la barra principal actúa casi como un preámbulo. La luz natural que entra durante el día choca con los tonos cálidos del interior, generando una tensión visual que es ideal para trabajar contrastes y reflejos. Las estanterías con botellas, el neón sutil, el gesto repetido de agitar una coctelera: todo eso construye una narrativa casi cinematográfica.

Pero donde realmente cambia el tono es al bajar al sótano. Ahí es donde el bar se convierte en club. Cabina rodeada de ladrillo rojo, luces muy bajas, neones rojos, texturas densas. Todo está pensado para que el cuerpo se active. Es un interior reducido, casi industrial, con un punto sucio pero cuidadosamente diseñado. Ideal para trabajar con luz roja directa, zonas oscuras, e imágenes que tienen más de atmósfera que de producto.

Este tipo de local pide una fotografía de interiores que no sea neutra, sino que refleje el carácter del espacio: algo entre lo sensorial y lo crudo. No se trata solo de enseñar cómo es, sino de transmitir cómo se siente estar ahí.